miércoles, 4 de septiembre de 2019

FUNDAMENTACIÓN DEL LABORATORIO DE CIENCIAS SOCIALES COMO MEDIO DIDÁCTICO DE APRENDIZAJE Foundation of the social sciences laboratory as a didactic means of learning

REVISTA ESTUDIOS CULTURALES VOL 12, N° 23. Enero-Junio 2019

José Urbina Pimentel 
Universidad Católica Cecilio Acosta - Universidad Pedagógica Experimental Libertador 



mapa venezuela politico estados nombres

RESUMEN.
La didáctica de las ciencias sociales plantea en su praxis el desarrollo de procesos cognoscitivos particulares adecuados a tal contexto que permitan al docente y al estudiante obtener los mejores resultados en el estudio y aprendizaje de dichas áreas. En este artículo, se fundamenta desde lo teórico y lo práctico la pertinencia de implementar estrategias y recursos didácticos idóneos como base para el mejoramiento de la enseñanza de las ciencias sociales, destacando concretamente el uso del laboratorio de ciencias sociales como medio didáctico de aprendizaje. Palabras claves: Laboratorio, Medio Didáctico, Ciencias Sociales.

ABSTRACT.
The didactic of the social sciences raises in its praxis the development of particular cognitive processes adapted to such a context that allow the teacher and the student to obtain the best results in the study and learning of said areas. In this article, the relevance of implementing appropriate strategies and didactic resources as a basis for improving the teaching of social sciences is based on theoretical and practical aspects, specifically highlighting the use of the social sciences laboratory as a didactic means of learning. Key words: Laboratory, Teaching Medium, Social Sciences.

Introducción.
El proceso de la enseñanza de las ciencias sociales se efectúa por generalidad con estrategias didácticas tradicionales, basadas principalmente en el desempeño del docente como actor fundamental del proceso, quien, a menudo, se dedica a dictar clases magistrales, desestimando el uso de recursos didácticos adecuados, que propicien el interés en los estudiantes por lograr un aprendizaje de temáticas sociales. Es importante tener en cuenta que la situación planteada es una realidad existente en cualquier sistema educativo del contexto internacional, por lo cual en Venezuela no se escapa de tal tendencia pedagógica.
Esta situación didáctica, trae como consecuencia aptitudes de rechazo por las asignaturas del área, las cuales se reflejan en la desmotivación por su estudio y análisis y, por ende, la tendencia al desconocimiento de nociones de ubicación espaciotemporal y del funcionamiento de la sociedad en general. 
Por tal razón, es imprescindible el uso de estrategias didácticas adecuadas al desarrollo de un proceso efectivo de la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales, basado en recursos didácticos apropiados, como es el caso de la implementación en el quehacer educativo del Laboratorio de Ciencias Sociales como medio didáctico de aprendizaje, como garantía para la consolidación de un aprendizaje significativo. 

Las ciencias sociales y su importancia socio-educativa.
Las ciencias sociales incluyen todas aquellas disciplinas de carácter científico cuyo fin particular es el estudio de las actividades y comportamiento de los seres humanos. Es decir, dirigen su interés a la interpretación de la realidad social, vista como un continuo proceso socio-histórico-cultural, en el cual el hombre aparece como el elemento primordial encargado de motorizar su funcionamiento. En tal sentido, se dedican a investigar una diversidad de espacios y situaciones que se desarrollan dentro de la estructura social. En referencia a lo anterior, Aponte (2007) plantea que las ciencias sociales constituyen un área de gran significación en el contexto local, regional, nacional y mundial, 
Para el Currículo Básico Nacional (CBN, 1997: 235): 
comprende contenidos de Geografía, Historia, Ciudadanía, Cultura, así como los aportes de la Sociología, Antropología, Economía y otras disciplinan que ocupan el estudio de la realidad social, a fin de comprender la vida de los seres humanos y sus relaciones en el tiempo y el espacio.
Por su parte, además coadyuva al entendimiento y comprensión del proceso, histórico, social, espacial y cultural, así como a “…la formación de un pensamiento crítico que trata de dar respuesta a las interrogantes y propicia la conformación y desarrollo de valores necesarios para el fortalecimiento de la identidad local, regional y nacional” (Currículo Básico Nacional, ob. cit.: 236). 
En cuanto a su origen, las ciencias sociales surgen como una necesidad del ser humano de explicarse la realidad que vive en su condición gregaria, sus acciones dentro de la sociedad, en forma exclusiva, deslindándose de los elementos físicos, químicos o biológicos que componen la naturaleza, para plantear la creación de disciplinas que se dediquen a explicar las particularidades del comportamiento humano y su relación con el entorno social. 
Se debe tener presente el hecho de que, este tipo de ciencias, utiliza un método de investigación diferente al aplicado al campo de las ciencias naturales, por motivo de que ambas muestran categorías de análisis y características distintas. La naturaleza y condiciones de las realidades sociales, por generalidad carecen de una condición tangible, que les permita ser analizadas a través del método científico tradicional, el cual requiere de la necesaria verificación y experimentación. En este orden de ideas, Batthyany y Cabrera (2011: 13) manifiestan “…que las ciencias sociales tienen formas de construir conocimiento que se diferencian de las propias de las ciencias físico-naturales debido a la peculiaridad de su objeto”. Es decir, la realidad social como objeto de estudio, en ocasiones se caracteriza por su intangibilidad, no pudiendo ser investigada con la metodología usual. 
Por lo tanto, se van generando métodos particulares de estudio adecuados a la diversidad interpretativa del entorno humano, pudiéndose hablar entonces de categorías de análisis específicas, como el caso del método histórico, o el método geográfico, cuya aplicación es exclusiva para realidades concretas. 
Ahora bien, esta delimitación con las ciencias naturales y, por ende, el uso de un método de investigación diferente, ha contribuido negativamente a que las ciencias sociales tengan un menor reconocimiento de su valor científico, siendo históricamente vistas como de menor rango, con referencia a las dedicadas a estudiar a la naturaleza, a pesar de ser disciplinas con un origen muy remoto, como el caso de la historia o la geografía, forjadas en tiempos de la antigüedad, durante el florecimiento de la cultura griega clásica y otras culturas, y que además, las contribuciones hechas han sido fundamentales para que el ser humano tenga un conocimiento real sobre sí mismo, sobre su existencia, y del entorno socio-histórico-cultural al cual pertenece. 
En tal sentido, esta situación ha traído como consecuencia, que el científico social haya sido menos valorado en su rol como investigador, que su par que se dedica a estudiar los fenómenos de la naturaleza, y, por lo tanto, sea visto con menor interés el conocimiento que producen sus investigaciones científicas. De manera tal, esta visión reduccionista de minimizar el rol científico de las ciencias sociales se percibe en el menor grado de importancia que reciben, y que se refleja en el tratamiento dado en diferentes espacios del quehacer humano, tal el caso de su implementación dentro del proceso educativo, donde su enseñanza es manejada con menor interés que las ciencias naturales. 
Es importante mencionar que las ciencias sociales tienen como función primordial, la obtención de un conocimiento de la sociedad desde diferentes perspectivas, que plantee un marco de referencia a través del cual, se generen acciones que permitan la transformación y el mejoramiento de la realidad humana. Es decir, están comprometidas con brindar opciones al ser humano, para el logro de mejores condiciones de vida.
Sobre su objeto de estudio, éste es diverso, adecuado a diferentes espacios y campos de acción del ser humano en sus procesos de interrelación social, sirviendo de actividad gestora imprescindible del conocimiento. Sobre la amplitud de intereses de las ciencias Sociales, plantea Martínez (2009: 28):
Ahora bien, el término ciencias sociales es una expresión genética que comprende todas las disciplinas que se ocupan del estudio del hombre como individuo y como miembro de una sociedad, grupo o comunidad; analizan cómo ha evolucionado biológica y culturalmente; consideran como se organiza: para producir lo que necesita y sobrevivir, gobernar, tomar decisiones, crea y modificar sus costumbres y tradiciones; así como su desarrollo en el medio físico que lo rodea. Estudian también la conducta humana a través del tiempo y en diferentes sociedades.
En referencia a su división, están constituidas por diversas áreas del conocimiento social que explican, analizan y comprenden los hechos, procesos y fenómenos sociales. Estas son la antropología, la ciencia política, el derecho, la economía, la geografía, la historia, y la psicología, entre muchas otras; todas ellas caracterizadas por importantes aportes dados a la humanidad, a través de su producción investigativa. Ahora bien, las ciencias sociales plantean la posibilidad de efectuar análisis interdisciplinarios, dada su naturaleza de ciencias que poseen un objeto de estudio con un interés común, como es el funcionamiento de la sociedad, asumido desde diversas perspectivas. En este orden de ideas, Gilly (2010: 217):
Hace más de cuarenta años, Fernand Braudel y la escuela historiográfica francesa de los Annales plantearon una vez más la urgencia de establecer relaciones interdisciplinarias en cuanto a temas de estudio y a métodos de investigación entre la historia y las ciencias sociales: ciencia política, sociología, antropología, geografía. En fin, las disciplinas científicas del área social, por su cercanía metodológica, permiten la generación de importantes aportes teóricos, que complementan las investigaciones particulares realizadas sobre la sociedad, ampliándose así la capacidad de análisis del investigador.

La didáctica de las ciencias sociales.
La didáctica de las ciencias sociales engloba a todas aquellas actividades teóricoprácticas, que permiten al docente desarrollar estrategias adecuadas para abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje de conocimientos referentes a la actuación sociohistórica-cultural del ser humano. Tomando en cuenta que el objeto de estudio se circunscribe al mencionado campo disciplinar, es importante considerar la existencia en ella, de didácticas particulares correspondientes a las diferentes disciplinas que conforman tal bloque científico: en tal sentido aparecen la didáctica de la historia y la didáctica de la geografía, entre otras especificas del área social.
Debe mencionarse, el surgimiento de este tipo de didáctica, dado por la necesidad de analizar las ciencias sociales desde una perspectiva diferente al resto de las ciencias, tomando en cuenta la divergencia de sus respectivos objetos de estudio, y por lo tanto, la posibilidad de construir su propio enfoque de enseñanza, adaptado a las exigencias y particularidades de las diversas áreas que las conforman. En esta perspectiva, Morales (2010:66) dice:
La didáctica de las ciencias sociales ha sido entendida como una disciplina que si bien es un campo de encuentro entre las ciencias sociales y la didáctica, posee un objeto de estudio propio y definido, el cual desde la perspectiva de Xavier Hernández, consiste en el estudio de los procesos de comunicación y enseñanza así como de recepción y aprendizaje de las ciencias sociales por parte de los estudiantes.
Es decir, el hecho de que las ciencias sociales se dedican a estudiar las características de la sociedad, bajo una metodología diferente a las que aplican las ciencias naturales a la naturaleza y a los elementos que la conforman, plantea que la enseñanza del área se realice utilizando una didáctica alternativa, que permita al docente y al estudiante acercarse adecuadamente al estudio de la realidad social. Ahora bien, la finalidad
de dicha didáctica consiste principalmente en analizar las prácticas de la enseñanza de las asignaturas del bloque social, en cuanto a su estructura y metodología, en la búsqueda de detectar e interpretar sus problemáticas, y plantear las alternativas de solución, a fin de mejorar su práctica pedagógica.
En otro orden de ideas, Aranguren (2007) plantea que la didáctica de las ciencias sociales resulta de vital importancia para las sociedades, por sus aportes en la formación de valores personales y ciudadanos, por lo que:
La enseñanza y el aprendizaje de las ciencias sociales es un tema recurrente y polémico en el debate educativo actual; no sólo por los conocimientos que se comunican, sino por los valores que a través de su formación se inculcan –de manera directa o indirecta– en la conciencia y en la práctica de los sujetos educandos. De hecho, la singular naturaleza de estas disciplinas y sus orientaciones, constituyen un soporte para despertar el interés por el desarrollo humano, el bienestar social y la preservación del planeta. En sentido más concreto, su proyección es significativa en la construcción de la ciudadanía, en el ejercicio de las responsabilidades y derechos civiles, en la convivencia y la participación cívica, y en la pertenencia cultural en la diversidad (p. 5).
Por lo tanto, el aprendizaje de las ciencias sociales es de una importancia fundamental dentro de la sociedad, debido a que permiten la creación y reforzamiento de valores cívicos, que abren espacios al individuo para tener una mejor relación gregaria y un funcionamiento más acorde de la sociedad en general.
Además asevera Aranguren (2007: 6) que: “las ciencias sociales a través de su retransmisión dentro del contexto educativo del proceso de la enseñanza y del aprendizaje, estructuran un espacio propicio para la reproducción de imaginarios colectivos y prácticas socio-culturales que recrean la memoria histórica” (p. 6). Finalmente, la didáctica de las ciencias sociales conforma un área de conocimiento novedosa de la didáctica, enfocada en resolver problemas referentes al proceso de enseñanza y del aprendizaje sobre la realidad socio-cultural.

El laboratorio y su importancia dentro del proceso educativo.
Los laboratorios son lugares dedicados a la realización de actividades de investigación, acondicionados técnica e instrumentalmente con los recursos y las herramientas adecuadas, para desarrollar, a través de determinados métodos, diversas actividades que plantean los procesos de la investigación. Son entonces un aliado fundamental para que la actividad científica se lleve adelante, al permitirle contar con el espacio 
propicio para aplicar su metodología de trabajo y cumplir con su rol de productora de conocimiento.
Se aprecia, cómo en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (2012), el laboratorio es definido en forma general y tradicional como el “Lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos y trabajos de carácter científico o técnico”. Se concibe así, como un ambiente ideado técnicamente para el uso exclusivo de actividades de investigación científica en aras de impulsar el desarrollo del conocimiento y la tecnología.
Por su parte, el concepto que aparece en el glosario de términos curriculares para la Universidad Estatal a Distancia (2012) amplía la visión sobre el laboratorio, en cuanto a las características que posee y el objetivo que cumple dentro del proceso de la investigación científica, al decir que es un:
Espacio virtual o presencial en el que se dan procesos creadores y transformadores de cualquier índole, en el que se puede probar, comprobar, encontrar respuestas, realimentar conocimientos, socializar o generar innovaciones, permitiendo desarrollar ideas a partir de las experiencias realizadas” (p.50).
Cabe hacer notar, que los laboratorios adecuan sus espacios físicos y sus dotaciones materiales e instrumentales de acuerdo al carácter específico del área objeto de estudio, a la cual sirve de apoyo técnico y metodológico. Entre sus características primordiales se tiene, que por generalidad se conciben como lugares cerrados, que se encuentran conformados por: un mobiliario específico en el que sobresalen mesones, estantes y archivadores; instrumentos y sustancias materiales para la investigación; equipamientos tecnológicos de carácter informáticos y electrónicos; así como por apoyo biblio-hemerográfico.
Es de destacar, cómo históricamente en estos espacios constantemente se ha experimentado, en función de ampliar y enriquecer el conocimiento humano, siendo fundamentales en el desarrollo evolutivo de la ciencia, en cuanto a la consabida producción de teorías y leyes científicas. Se puede afirmar entonces, que la investigación hecha por el ser humano, ha tenido en los laboratorios, el sitio idóneo para el desarrollo de la producción científica, realizándose en ellos innumerables investigaciones, experimentos y descubrimientos fundamentales para el avance de la ciencia y del conocimiento humano en general.
Precisamente, el ser humano se ha caracterizado por su curiosidad de conocer el mundo que le rodea y, además, su interés por dar respuesta a incontables 
inquietudes sobre el funcionamiento de la sociedad a la que pertenece y el universo en general, razón por la cual, ha buscado las vías y los medios propicios para hacerlo. La experimentación que se da en ciertos espacios destinados a ella, es una forma de responder a sus inquietudes, dando origen al laboratorio.
En la remota Antigüedad y posteriormente durante la Edad Media, con los llamados alquimistas, se encuentran los primeros antecedentes que se conocen de sitios específicos destinados a realizar investigaciones. Ellos se dedicaron a experimentar con sustancias químicas y metalúrgicas, guiados por una quimérica curiosidad basada en un complejo sistema de ideas filosóficas, místicas y proto científicas.
Luego, con el paso del tiempo y de los avances tecnológicos, el laboratorio va ir apropiándose de una serie de características que le permiten definir su naturaleza como espacios idóneos para el desarrollo de la investigación experimental como productora primordial del conocimiento.

Tipos de Laboratorios.
La amplitud del universo científico establece el hecho de que en cada rama de la ciencia se investigue de acuerdo a las particularidades de su espacio de interés, por lo tanto los laboratorios son adaptados espacial, metodológica e instrumentalmente de acuerdo a las características del objeto de estudio; razón por la cual, como espacios para el desarrollo de investigaciones científicas, se adecúen a la naturaleza particular del área involucrada.
En esta perspectiva, se emplearán entonces herramientas y utensilios distintos, debido a que las necesidades de equipamiento de estos lugares dedicados a la investigación se diferencian. De esta manera, existen varios tipos de laboratorios según al ámbito al cual se dirijan las investigaciones, como son de biología, de química, de física, clínicos, farmacéuticos e industriales. Otros laboratorios con condiciones particulares son los de idiomas, los escolares, deportivos y los referentes a las ciencias sociales. También existen los llamados laboratorios humanos, conformados por grupos de individuos que habitan un espacio determinado, y sirven colectivamente para acometer investigaciones de carácter particular.
Es importante destacar que con los avances producidos con las tecnologías de la información y comunicación (Tics), se han organizado en la web, los laboratorios virtuales, mismos que vienen a representar una alternativa dinámica e innovadora de primer orden, ampliando las posibilidades de investigación al permitir que 
mayor número de individuos se involucren en el proceso, sin que necesariamente se requiera su presencia física y común de manera directa, modificándose de esta manera la metodología tradicional de hacer investigación en un laboratorio.
En tal razón, el espacio de funcionamiento puede presentar diferentes dimensiones y características, por lo que pueden ser de diversos tamaños, grandes o pequeños, dependiendo del personal y del equipamiento; fríos o cálidos; iluminados u oscuros; cerrados o abiertos. 

El laboratorio escolar.
El laboratorio escolar se concibe como un recurso imprescindible dentro del currículo para la consolidación del aprendizaje, a través de la realización por parte de los estudiantes, de actividades de carácter práctico o experimental, por lo tanto, su existencia en las instituciones educativas se hace obligatoria y primordial. Es así, como los laboratorios escolares surgen por la necesidad de establecer una relación dinámica entre la teoría y la práctica, por lo que en los sistemas educativos se formaliza su uso en los diferentes niveles de enseñanza, estructurados de acuerdo a las exigencias del aprendizaje de cada etapa, consiguiéndose de esta manera con la presencia de laboratorios desde la educación primaria hasta la universidad.
Queda claro que estos laboratorios tienen como objetivo fundamental propiciar el aprendizaje a partir de las experiencias, sirviendo de apoyo y complemento a las clases teóricas. El aprendizaje requiere, además de las nociones teóricas, la realización de actividades prácticas que permitan consolidar los conceptos previamente estudiados. De manera tal, es imprescindible para el logro de un aprendizaje significativo, que el estudiante se familiarice con el uso del laboratorio. En tal sentido, Lunetta c.p. López (2012: 147) plantea: Las prácticas de laboratorio brindan a los estudiantes la posibilidad de entender cómo se construye el conocimiento dentro de una comunidad científica, cómo trabajan los científicos, cómo llegan a acuerdos y cómo reconocen desacuerdos, qué valores mueven la ciencia, cómo se relaciona la ciencia con la sociedad, con la cultura. En síntesis, las prácticas de laboratorio aportan a la construcción en el estudiante de cierta visión sobre la ciencia, en la cual ellos pueden entender que acceder a la ciencia no es imposible y, además, que la ciencia no es infalible y que depende de otros factores o intereses (sociales, políticos, económicos y culturales). 
Por lo tanto, la experimentación brinda al estudiante un conocimiento real, fácil
para aprender, ilustrando y clarificando la teoría. Consigue en ella la oportunidad de conciliar la teoría con la práctica, acercando a él entonces, conceptos que se le muestran lejanos para hacerlos realidad, posibilitando un verdadero aprendizaje significativo. Es así, como estos espacios se estructuran como acopios de sustancias y herramientas que permiten con la ayuda tutorial del docente, efectuar experimentos que conducen al estudiante a aprender a través de la observación y manipulación directa. 
De igual manera, la interacción grupal que se hace en el laboratorio le permite al estudiante la discusión, el análisis y la comparación de lo experimentado en el trabajo práctico, teniendo la experiencia de vivir un proceso real al resolver situaciones de aprendizaje. Sobre este aspecto, López (2012: 147) afirma: 
El trabajo de laboratorio favorece y promueve el aprendizaje de las ciencias, pues le permite al estudiante cuestionar sus saberes y confrontarlos con la realidad. Además, el estudiante pone en juego sus conocimientos previos y los verifica mediante las prácticas. La actividad experimental no solo debe ser vista como una herramienta de conocimiento, sino como un instrumento que promueve los objetivos conceptuales, procedimentales y actitudinales que debe incluir cualquier dispositivo pedagógico. 
Por lo tanto, el laboratorio escolar funciona adecuado a las necesidades de formación teórico-práctica del estudiante, siendo adaptado de manera particular a los requerimientos y características del sistema educativo. 
Ahora bien, resulta importante señalar que, tradicionalmente, el laboratorio dentro del ámbito educativo, se apega a la concepción “cientificista” planteada, que privilegia, brindando un sentido de rango de ciencia, a las áreas que se basan en la experimentación y la aplicación del método científico, como es el caso concreto de las ciencias naturales y específicamente a las asignaturas escolares que la estudian como son fundamentalmente la biología, la química y la física; de manera tal que no existe la presencia, dentro de la estructura escolar, de laboratorios que se dediquen exclusivamente al apoyo didáctico del aprendizaje y enseñanza de las Ciencias Sociales. 

Los laboratorios de ciencias sociales.
El laboratorio de ciencias sociales es un espacio destinado exclusivamente para el estudio de las disciplinas que pertenecen a su área de estudio. En las instituciones educativas, el laboratorio de ciencias sociales debe ser utilizado con la finalidad de 
mejorar y facilitar la enseñanza y el aprendizaje de las asignaturas que pertenecen al bloque social, debido a que es un medio didáctico idóneo para la adquisición de conocimientos y la promoción de actividades de participación dinámica, basadas en el uso de estrategias didácticas innovadoras.
Ahora bien, este tipo de laboratorio no existe en las instituciones educativas, planteando Hernández (2007) que esta situación es consecuencia de una percepción acientífica de lo social, lo cual ha impedido su implementación, al no concebirse las posibilidades de realizar actividades experimentales en estas áreas del conocimiento, las cuales son reservadas a las Ciencias Naturales. En función de ello, el autor argumenta: 
Se hace necesario el desarrollo de una actitud positiva frente a la posibilidad de disponer de una aula/laboratorio de sociales. La posibilidad de desarrollo de aulas de este tipo depende, en buena parte, de la conciencia que al respecto desarrolle el profesorado. (p.118). 
Bajo esta premisa, es posible aseverar que la ausencia de laboratorios de ciencias sociales dentro de las instituciones escolares, es consecuencia de una concepción tradicional generalizada de los sistemas educativos, que tienden a brindarles mayor importancia jerárquica a las Ciencias Naturales, debido a su carácter y sentido de tangibilidad y experimentación. Esta interpretación reduccionista del valor científico, condena a las ciencias sociales, a un rango de menor importancia, que afecta en el campo de la educación, su estudio y enseñanza, y por ende, su aprendizaje. Sobre este aspecto plantea Santacana (2010): 
En la tradición escolar y en la académica, el laboratorio es un espacio reservado a las materias denominadas científicas…No en balde, el diccionario de la Real Academia de la Lengua dictamina que el Laboratorio es la oficina en donde los químicos hacen sus experimentos y los farmacéuticos las medicinas…Por esta razón, cuando en el ámbito educativo tradicional se habla de laboratorio, sin duda alguna nos estamos refiriendo a unas aulas especiales que se utilizan para prácticas de física, de química, o de ciencias naturales…Por todo ello no ha de resultar extraño y sorprendente que desde el ámbito de las ciencias sociales no se plantee el uso del laboratorio ya que este término se reserva, como dice el diccionario a las materias denominadas científicas. Sin embargo, nosotros defendemos que, hoy sigue siendo válido plantearse la necesidad de los laboratorios de ciencias sociales, es decir de geografía e historia. (p. 21-22). 
Parece fundamental tener en cuenta que el laboratorio de ciencias sociales es un proyecto innovador dentro de la enseñanza, debido a que, desde el punto de vista
experiencial, no forma parte de las estructuras curriculares de los diferentes sistemas educativos, y entonces, los laboratorios escolares se utilizan exclusivamente para el estudio de las ciencias naturales. En España, algunos investigadores del campo de la didáctica de las ciencias sociales se han dedicado a estudiar y proponer la existencia de los laboratorios de ciencias sociales, como espacios posibles y fundamentales dentro de los procesos educativos, para el estudio del área. Entre ellos destacan Joan Santacana y Francesc Hernández Cardona, catedráticos ambos de la Universidad de Barcelona, quienes en los últimos años, han impulsado esta línea de investigación, teorizando sobre el laboratorio mencionado. 
Se observa, que las experiencias que existen de ellos son casos aislados, que se han desarrollado como proyectos particulares en algunas universidades, centros de investigación y, en un grado mínimo, en instituciones de educación secundaria, como se puede observar, a través de la acuciosa revisión bibliográfica a través de la web expuesta en este artículo, consultando reconocidas bibliotecas universitarias y académicas de carácter virtual. 
En el caso particular de los laboratorios creados en universidades y centros de investigación, se percibe que su utilización está destinada al desarrollo de investigaciones científicas conducentes a la producción de conocimiento. Ahora bien, pueden mencionarse a nivel de educación secundaria, algunos proyectos que, de manera particular, han emprendido tales colegios, como son los casos del Colegio Calasanz en Bogotá y Medellín, o el del Colegio Europeo de Madrid en España, disponiendo de espacios acondicionados para la enseñanza de las ciencias sociales. 
En razón de lo planteado, su presencia en las instituciones escolares resulta prioritaria para el apoyo del proceso de la enseñanza y del aprendizaje, incorporándose como un recurso de primer orden dentro de las estrategias didácticas del docente, así como la opción para el estudiante de acercarse a través de la experiencia y la observación a los contenidos que por generalidad se presentan teóricamente. Estos laboratorios plantean el desarrollo de actividades de enseñanza diferentes a las que, de manera tradicional, se realizan en las clases de ciencias sociales, en las que sobresalen las explicaciones del docente y la copia irreflexiva del estudiante de los temas estudiados. 
Visto de esta manera, el tipo de laboratorio aquí propuesto estará destinado a la realización de actividades teórico-practicas, en las cuales el docente puede hacer uso de una serie de técnicas, recursos y materiales didácticos que faciliten y complementen sus explicaciones teóricas, y orienten al estudiante a corroborar, a través de la observación, la manipulación y la investigación, los contenidos en estudio, 
estructurando de esta manera un aprendizaje directo y pertinente con su contexto sociocultural, el cual por ser producto de la experiencia, del contacto vivencial, se hace significativo. Es así, como el docente dispondrá de una serie de herramientas didácticas para facilitar la comprensión de las realidades geo-socio-históricas, que van más allá de la explicación teórica impartida en las cuatro paredes del aula tradicional. 
En tal sentido, el Laboratorio de Ciencias Sociales posibilita la realización de una serie de actividades didácticas educativas y culturales, como son, entre otras: 
- Presentación de películas y documentales sobre temáticas de contenido histórico, geográfico o socio-cultural (Cine-foro). 
- Uso de la cartografía para el desarrollo del dominio de la ubicación espacial.
- Revisión de maquetas a escala de diferentes infraestructuras socio-culturales. 
- Manipulación de diversos objetos de valor identitario y socio-cultural. 
- Charlas y conversatorios de expertos en temáticas de carácter social. 
- Exposiciones. 
De manera tal, el uso de los laboratorios plantea al docente conciliar didácticamente la reflexión teórica con la práctica vivencial. Enseñar propiciando una mayor proximidad al tema estudiado, conlleva a su comprensión desde otro nivel diferente a la tradicional réplica teórica de las clases magistrales. 
Por su parte, los estudiantes tendrían la oportunidad de acercarse al estudio de las asignaturas del área de una forma más reflexiva, al contar con un recurso que brinda la interactividad y la manipulación de diversas herramientas, fuentes y materiales que le faciliten el aprendizaje significativo de las ciencias sociales. Es decir, cuando tienen la opción de construir el saber desde la concepción del hacer, experimentan una motivación de curiosidad por lo social. Se percibe entonces, que las actividades de clase en el laboratorio, tácitamente plantean que la relación del proceso de adquisición del aprendizaje ya no es de tipo vertical sino horizontal. Ahora bien, el funcionamiento del laboratorio de ciencias sociales en los diferentes centros educativos requiere para su instalación, de un salón amplio en el cual de manera cómoda un curso de estudiantes o participantes, puedan desarrollar su proceso de aprendizaje a través de la interacción tutorial de los docentes, como de su experiencia directa. Es importante que el laboratorio, para un mayor provecho didáctico, organice desde una visión dinámica e interdisciplinaria, su espacio por secciones de acuerdo a los materiales y recursos didácticos, con relación a las 
diferentes aéreas de estudio, pero sin la rigidez del aula tradicional, en la cual la disposición del mobiliario es totalmente estática. 
En cuanto a su dotación, el laboratorio de ciencias sociales debe estar conformado por una amplia serie de materiales para su uso como recursos didácticos: mapoteca, esferas, videoteca, colección de objetos antiguos, fototeca, brújulas, maquetas, libros de referencia de tipo bibliográfico y hemerografía, pizarrón acrílico, computadora, videoproyector, DVD y televisor; además debe contar con un mobiliario adecuado para su total funcionamiento, compuesto de mesas, sillas, escritorio, archivadores y estantes. 
Debe considerarse que tal dotación estaría condicionada por las necesidades particulares de cada una de las áreas de estudio que conforman el universo de las Ciencias Sociales, de acuerdo a sus requerimientos y características. 

Conclusiones 
El uso del Laboratorio de Ciencias Sociales como medio didáctico de aprendizaje representa una alternativa metodológica válida para contextualizar, a través del proceso educativo, el conocimiento social requerido por el individuo para interpretar su existencia dentro de la sociedad, entendiéndose desde su accionar gregario, como elemento conformante de un colectivo, desde una praxis educativa innovadora que dinamiza la estática y descontextualizada enseñanza tradicional de los valores sociohistórico-culturales, reservada a clases estrictamente teóricas, dictada dentro de las cuatro paredes del aula. 
De manera tal, se hace imprescindible adecuar espacios, dentro las instituciones educativas, para el diseño y desarrollo de laboratorios que apoyen la enseñanza de las Ciencias Sociales, a través del uso de diversos recursos didácticos específicos para las diferentes disciplinas que conforman el área. La utilización del Laboratorio de Ciencias Sociales como medio didáctico de aprendizaje, debe ser una práctica extensiva dentro de los diferentes niveles educativos, con la finalidad de optimizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, al contar con un lugar de acopio de recursos didácticos, donde se refuerce la comprensión de los procesos sociales. 
Por lo tanto, es importante adelantar investigaciones sobre el desarrollo de experiencias de diseño y uso de laboratorios educativos dirigidos al estudio social, que sirvan de referencia para plantear metodológicamente enfoques didácticos novedosos que fortalezcan el conocimiento de valores sociales y culturales.

Referencias Bibliográficas.
Aponte, E. (2007). Estrategias para la enseñanza de las Ciencias Sociales. Caracas, Venezuela. C. A. Editora. 
Aranguren, C. (2007). Didáctica de las ciencias sociales. Presentación. En: Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales. Mérida-Venezuela. Enero-Diciembre. Nº 12, 2007. 
Batthyany, K. / Cabrera, M. (2011). Metodología de Investigación en Ciencias Sociales, Apuntes para un curso inicial, Montevideo, Uruguay, Universidad de la República. 
Currículo Básico Nacional (1997). Caracas: Ministerio de Educación. 
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española. (2012), España: Narcea S.A. 
Gilly, A. (2010). Ciencias Sociales e Historia. Notas Interdisciplinarias. Andamios. Vol 7. Nº 13. Mayo – Agosto 2010. México, D. F., México. Universidad Autónoma de la Ciudad de México. 
Hernández, F. (2007). Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. Barcelona; España. Editorial GRAO. 
López, A. (2012). Las prácticas de laboratorio en la enseñanza de las ciencias naturales. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. Vol 8. Nª 1. Manizales, Colombia, Universidad de Caldas. 
Martínez, H. (2009). Introducción a las Ciencias Sociales. México, D. F., México. Cengage Learning Editores S. A. de C. V. 
Morales, L (2010). Apuntes sobre epistemología e investigación en la enseñanza de los Estudios Sociales. Revista Educación. Nª 34. Jul – Dic 2010. San José, Costa Rica, Universidad de Costa Rica. 
Santacana, J, (2010) Reflexiones en torno al laboratorio escolar de ciencias sociales. En: recursos y estrategias para estudiar ciencias sociales. Claves para la innovación educativa. Barcelona, España, Editorial Laboratorio Educativo. 
Universidad Estatal a Distancia (2012). Glosario de términos curriculares para la Universidad Estatal a Distancia. San José, Costa Rica, Universidad Estatal a Distancia, Vicerrectorado Académico


Ciencias Sociales ¿Por qué debemos estudiarlas y aprenderlas?

  Nota Antropológica Las ciencias sociales son un grupo de disciplinas dedicadas al estudio de la sociedad. Estas disciplinas científicas es...