REVISTA ESTUDIOS CULTURALES
VOL 12, N° 23. Enero-Junio 2019
José Urbina Pimentel
Universidad Católica Cecilio Acosta - Universidad Pedagógica Experimental Libertador
RESUMEN.
La didáctica de las ciencias sociales plantea
en su praxis el desarrollo de procesos
cognoscitivos particulares adecuados a
tal contexto que permitan al docente y al
estudiante obtener los mejores resultados en
el estudio y aprendizaje de dichas áreas. En
este artículo, se fundamenta desde lo teórico
y lo práctico la pertinencia de implementar
estrategias y recursos didácticos idóneos
como base para el mejoramiento de la
enseñanza de las ciencias sociales, destacando
concretamente el uso del laboratorio de
ciencias sociales como medio didáctico de
aprendizaje.
Palabras claves: Laboratorio, Medio
Didáctico, Ciencias Sociales.
ABSTRACT.
The didactic of the social sciences raises
in its praxis the development of particular
cognitive processes adapted to such a
context that allow the teacher and the
student to obtain the best results in the
study and learning of said areas. In this
article, the relevance of implementing
appropriate strategies and didactic
resources as a basis for improving the
teaching of social sciences is based
on theoretical and practical aspects,
specifically highlighting the use of the social
sciences laboratory as a didactic means of
learning.
Key words: Laboratory, Teaching
Medium, Social Sciences.
Introducción.
El proceso de la enseñanza de las ciencias sociales se efectúa por generalidad con
estrategias didácticas tradicionales, basadas principalmente en el desempeño del
docente como actor fundamental del proceso, quien, a menudo, se dedica a dictar
clases magistrales, desestimando el uso de recursos didácticos adecuados, que
propicien el interés en los estudiantes por lograr un aprendizaje de temáticas sociales.
Es importante tener en cuenta que la situación planteada es una realidad existente en
cualquier sistema educativo del contexto internacional, por lo cual en Venezuela no
se escapa de tal tendencia pedagógica.
Esta situación didáctica, trae como consecuencia aptitudes de rechazo por las
asignaturas del área, las cuales se reflejan en la desmotivación por su estudio y análisis
y, por ende, la tendencia al desconocimiento de nociones de ubicación espaciotemporal y del funcionamiento de la sociedad en general.
Por tal razón, es imprescindible el uso de estrategias didácticas adecuadas al desarrollo
de un proceso efectivo de la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales, basado
en recursos didácticos apropiados, como es el caso de la implementación en el
quehacer educativo del Laboratorio de Ciencias Sociales como medio didáctico de
aprendizaje, como garantía para la consolidación de un aprendizaje significativo.
Las ciencias sociales y su importancia socio-educativa.
Las ciencias sociales incluyen todas aquellas disciplinas de carácter científico cuyo fin
particular es el estudio de las actividades y comportamiento de los seres humanos.
Es decir, dirigen su interés a la interpretación de la realidad social, vista como un
continuo proceso socio-histórico-cultural, en el cual el hombre aparece como el
elemento primordial encargado de motorizar su funcionamiento. En tal sentido,
se dedican a investigar una diversidad de espacios y situaciones que se desarrollan
dentro de la estructura social. En referencia a lo anterior, Aponte (2007) plantea que
las ciencias sociales constituyen un área de gran significación en el contexto local,
regional, nacional y mundial,
Para el Currículo Básico Nacional (CBN, 1997: 235):
comprende contenidos de Geografía, Historia, Ciudadanía, Cultura,
así como los aportes de la Sociología, Antropología, Economía y otras
disciplinan que ocupan el estudio de la realidad social, a fin de comprender
la vida de los seres humanos y sus relaciones en el tiempo y el espacio.
Por su parte, además coadyuva al entendimiento y comprensión del proceso,
histórico, social, espacial y cultural, así como a “…la formación de un pensamiento
crítico que trata de dar respuesta a las interrogantes y propicia la conformación y
desarrollo de valores necesarios para el fortalecimiento de la identidad local, regional
y nacional” (Currículo Básico Nacional, ob. cit.: 236).
En cuanto a su origen, las ciencias sociales surgen como una necesidad del ser humano
de explicarse la realidad que vive en su condición gregaria, sus acciones dentro de
la sociedad, en forma exclusiva, deslindándose de los elementos físicos, químicos o
biológicos que componen la naturaleza, para plantear la creación de disciplinas que
se dediquen a explicar las particularidades del comportamiento humano y su relación
con el entorno social.
Se debe tener presente el hecho de que, este tipo de ciencias, utiliza un método de
investigación diferente al aplicado al campo de las ciencias naturales, por motivo de
que ambas muestran categorías de análisis y características distintas. La naturaleza
y condiciones de las realidades sociales, por generalidad carecen de una condición
tangible, que les permita ser analizadas a través del método científico tradicional,
el cual requiere de la necesaria verificación y experimentación. En este orden de
ideas, Batthyany y Cabrera (2011: 13) manifiestan “…que las ciencias sociales tienen
formas de construir conocimiento que se diferencian de las propias de las ciencias
físico-naturales debido a la peculiaridad de su objeto”. Es decir, la realidad social como
objeto de estudio, en ocasiones se caracteriza por su intangibilidad, no pudiendo ser
investigada con la metodología usual.
Por lo tanto, se van generando métodos particulares de estudio adecuados a la
diversidad interpretativa del entorno humano, pudiéndose hablar entonces de
categorías de análisis específicas, como el caso del método histórico, o el método
geográfico, cuya aplicación es exclusiva para realidades concretas.
Ahora bien, esta delimitación con las ciencias naturales y, por ende, el uso de un
método de investigación diferente, ha contribuido negativamente a que las ciencias
sociales tengan un menor reconocimiento de su valor científico, siendo históricamente
vistas como de menor rango, con referencia a las dedicadas a estudiar a la naturaleza,
a pesar de ser disciplinas con un origen muy remoto, como el caso de la historia o la
geografía, forjadas en tiempos de la antigüedad, durante el florecimiento de la cultura
griega clásica y otras culturas, y que además, las contribuciones hechas han sido
fundamentales para que el ser humano tenga un conocimiento real sobre sí mismo,
sobre su existencia, y del entorno socio-histórico-cultural al cual pertenece.
En tal sentido, esta situación ha traído como consecuencia, que el científico social
haya sido menos valorado en su rol como investigador, que su par que se dedica a
estudiar los fenómenos de la naturaleza, y, por lo tanto, sea visto con menor interés
el conocimiento que producen sus investigaciones científicas. De manera tal, esta
visión reduccionista de minimizar el rol científico de las ciencias sociales se percibe
en el menor grado de importancia que reciben, y que se refleja en el tratamiento
dado en diferentes espacios del quehacer humano, tal el caso de su implementación
dentro del proceso educativo, donde su enseñanza es manejada con menor interés
que las ciencias naturales.
Es importante mencionar que las ciencias sociales tienen como función primordial,
la obtención de un conocimiento de la sociedad desde diferentes perspectivas,
que plantee un marco de referencia a través del cual, se generen acciones que
permitan la transformación y el mejoramiento de la realidad humana. Es decir, están
comprometidas con brindar opciones al ser humano, para el logro de mejores
condiciones de vida.
Sobre su objeto de estudio, éste es diverso, adecuado a diferentes espacios y
campos de acción del ser humano en sus procesos de interrelación social, sirviendo
de actividad gestora imprescindible del conocimiento. Sobre la amplitud de intereses
de las ciencias Sociales, plantea Martínez (2009: 28):
Ahora bien, el término ciencias sociales es una expresión genética que
comprende todas las disciplinas que se ocupan del estudio del hombre
como individuo y como miembro de una sociedad, grupo o comunidad;
analizan cómo ha evolucionado biológica y culturalmente; consideran
como se organiza: para producir lo que necesita y sobrevivir, gobernar,
tomar decisiones, crea y modificar sus costumbres y tradiciones; así
como su desarrollo en el medio físico que lo rodea. Estudian también la
conducta humana a través del tiempo y en diferentes sociedades.
En referencia a su división, están constituidas por diversas áreas del conocimiento social
que explican, analizan y comprenden los hechos, procesos y fenómenos sociales.
Estas son la antropología, la ciencia política, el derecho, la economía, la geografía, la
historia, y la psicología, entre muchas otras; todas ellas caracterizadas por importantes
aportes dados a la humanidad, a través de su producción investigativa. Ahora bien,
las ciencias sociales plantean la posibilidad de efectuar análisis interdisciplinarios, dada
su naturaleza de ciencias que poseen un objeto de estudio con un interés común,
como es el funcionamiento de la sociedad, asumido desde diversas perspectivas. En
este orden de ideas, Gilly (2010: 217):
Hace más de cuarenta años, Fernand Braudel y la escuela historiográfica
francesa de los Annales plantearon una vez más la urgencia de establecer
relaciones interdisciplinarias en cuanto a temas de estudio y a métodos
de investigación entre la historia y las ciencias sociales: ciencia política,
sociología, antropología, geografía.
En fin, las disciplinas científicas del área social, por su cercanía metodológica, permiten
la generación de importantes aportes teóricos, que complementan las investigaciones
particulares realizadas sobre la sociedad, ampliándose así la capacidad de análisis del
investigador.
La didáctica de las ciencias sociales.
La didáctica de las ciencias sociales engloba a todas aquellas actividades teóricoprácticas, que permiten al docente desarrollar estrategias adecuadas para abordar el
proceso de enseñanza y aprendizaje de conocimientos referentes a la actuación sociohistórica-cultural del ser humano. Tomando en cuenta que el objeto de estudio se
circunscribe al mencionado campo disciplinar, es importante considerar la existencia
en ella, de didácticas particulares correspondientes a las diferentes disciplinas que
conforman tal bloque científico: en tal sentido aparecen la didáctica de la historia y la
didáctica de la geografía, entre otras especificas del área social.
Debe mencionarse, el surgimiento de este tipo de didáctica, dado por la necesidad
de analizar las ciencias sociales desde una perspectiva diferente al resto de las
ciencias, tomando en cuenta la divergencia de sus respectivos objetos de estudio, y
por lo tanto, la posibilidad de construir su propio enfoque de enseñanza, adaptado
a las exigencias y particularidades de las diversas áreas que las conforman. En esta
perspectiva, Morales (2010:66) dice:
La didáctica de las ciencias sociales ha sido entendida como una disciplina
que si bien es un campo de encuentro entre las ciencias sociales y la
didáctica, posee un objeto de estudio propio y definido, el cual desde la
perspectiva de Xavier Hernández, consiste en el estudio de los procesos
de comunicación y enseñanza así como de recepción y aprendizaje de las
ciencias sociales por parte de los estudiantes.
Es decir, el hecho de que las ciencias sociales se dedican a estudiar las características
de la sociedad, bajo una metodología diferente a las que aplican las ciencias naturales
a la naturaleza y a los elementos que la conforman, plantea que la enseñanza del área
se realice utilizando una didáctica alternativa, que permita al docente y al estudiante
acercarse adecuadamente al estudio de la realidad social. Ahora bien, la finalidad
de dicha didáctica consiste principalmente en analizar las prácticas de la enseñanza
de las asignaturas del bloque social, en cuanto a su estructura y metodología, en la
búsqueda de detectar e interpretar sus problemáticas, y plantear las alternativas de
solución, a fin de mejorar su práctica pedagógica.
En otro orden de ideas, Aranguren (2007) plantea que la didáctica de las ciencias
sociales resulta de vital importancia para las sociedades, por sus aportes en la
formación de valores personales y ciudadanos, por lo que:
La enseñanza y el aprendizaje de las ciencias sociales es un tema recurrente
y polémico en el debate educativo actual; no sólo por los conocimientos
que se comunican, sino por los valores que a través de su formación se
inculcan –de manera directa o indirecta– en la conciencia y en la práctica de
los sujetos educandos. De hecho, la singular naturaleza de estas disciplinas
y sus orientaciones, constituyen un soporte para despertar el interés por
el desarrollo humano, el bienestar social y la preservación del planeta. En
sentido más concreto, su proyección es significativa en la construcción de
la ciudadanía, en el ejercicio de las responsabilidades y derechos civiles,
en la convivencia y la participación cívica, y en la pertenencia cultural en la
diversidad (p. 5).
Por lo tanto, el aprendizaje de las ciencias sociales es de una importancia fundamental
dentro de la sociedad, debido a que permiten la creación y reforzamiento de valores
cívicos, que abren espacios al individuo para tener una mejor relación gregaria y un
funcionamiento más acorde de la sociedad en general.
Además asevera Aranguren (2007: 6) que: “las ciencias sociales a través de su
retransmisión dentro del contexto educativo del proceso de la enseñanza y del
aprendizaje, estructuran un espacio propicio para la reproducción de imaginarios
colectivos y prácticas socio-culturales que recrean la memoria histórica” (p. 6).
Finalmente, la didáctica de las ciencias sociales conforma un área de conocimiento
novedosa de la didáctica, enfocada en resolver problemas referentes al proceso de
enseñanza y del aprendizaje sobre la realidad socio-cultural.
El laboratorio y su importancia dentro del proceso educativo.
Los laboratorios son lugares dedicados a la realización de actividades de investigación,
acondicionados técnica e instrumentalmente con los recursos y las herramientas
adecuadas, para desarrollar, a través de determinados métodos, diversas actividades
que plantean los procesos de la investigación. Son entonces un aliado fundamental
para que la actividad científica se lleve adelante, al permitirle contar con el espacio
propicio para aplicar su metodología de trabajo y cumplir con su rol de productora
de conocimiento.
Se aprecia, cómo en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia
Española (2012), el laboratorio es definido en forma general y tradicional como el
“Lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos
y trabajos de carácter científico o técnico”. Se concibe así, como un ambiente ideado
técnicamente para el uso exclusivo de actividades de investigación científica en aras
de impulsar el desarrollo del conocimiento y la tecnología.
Por su parte, el concepto que aparece en el glosario de términos curriculares para la
Universidad Estatal a Distancia (2012) amplía la visión sobre el laboratorio, en cuanto
a las características que posee y el objetivo que cumple dentro del proceso de la
investigación científica, al decir que es un:
Espacio virtual o presencial en el que se dan procesos creadores y
transformadores de cualquier índole, en el que se puede probar,
comprobar, encontrar respuestas, realimentar conocimientos, socializar
o generar innovaciones, permitiendo desarrollar ideas a partir de las
experiencias realizadas” (p.50).
Cabe hacer notar, que los laboratorios adecuan sus espacios físicos y sus dotaciones
materiales e instrumentales de acuerdo al carácter específico del área objeto de
estudio, a la cual sirve de apoyo técnico y metodológico. Entre sus características
primordiales se tiene, que por generalidad se conciben como lugares cerrados,
que se encuentran conformados por: un mobiliario específico en el que sobresalen
mesones, estantes y archivadores; instrumentos y sustancias materiales para la
investigación; equipamientos tecnológicos de carácter informáticos y electrónicos; así
como por apoyo biblio-hemerográfico.
Es de destacar, cómo históricamente en estos espacios constantemente se ha
experimentado, en función de ampliar y enriquecer el conocimiento humano, siendo
fundamentales en el desarrollo evolutivo de la ciencia, en cuanto a la consabida
producción de teorías y leyes científicas. Se puede afirmar entonces, que la
investigación hecha por el ser humano, ha tenido en los laboratorios, el sitio idóneo
para el desarrollo de la producción científica, realizándose en ellos innumerables
investigaciones, experimentos y descubrimientos fundamentales para el avance de la
ciencia y del conocimiento humano en general.
Precisamente, el ser humano se ha caracterizado por su curiosidad de conocer
el mundo que le rodea y, además, su interés por dar respuesta a incontables
inquietudes sobre el funcionamiento de la sociedad a la que pertenece y el universo
en general, razón por la cual, ha buscado las vías y los medios propicios para hacerlo.
La experimentación que se da en ciertos espacios destinados a ella, es una forma de
responder a sus inquietudes, dando origen al laboratorio.
En la remota Antigüedad y posteriormente durante la Edad Media, con los llamados
alquimistas, se encuentran los primeros antecedentes que se conocen de sitios
específicos destinados a realizar investigaciones. Ellos se dedicaron a experimentar
con sustancias químicas y metalúrgicas, guiados por una quimérica curiosidad basada
en un complejo sistema de ideas filosóficas, místicas y proto científicas.
Luego, con el paso del tiempo y de los avances tecnológicos, el laboratorio va ir
apropiándose de una serie de características que le permiten definir su naturaleza
como espacios idóneos para el desarrollo de la investigación experimental como
productora primordial del conocimiento.
Tipos de Laboratorios.
La amplitud del universo científico establece el hecho de que en cada rama de la
ciencia se investigue de acuerdo a las particularidades de su espacio de interés, por lo
tanto los laboratorios son adaptados espacial, metodológica e instrumentalmente de
acuerdo a las características del objeto de estudio; razón por la cual, como espacios
para el desarrollo de investigaciones científicas, se adecúen a la naturaleza particular
del área involucrada.
En esta perspectiva, se emplearán entonces herramientas y utensilios distintos, debido
a que las necesidades de equipamiento de estos lugares dedicados a la investigación
se diferencian. De esta manera, existen varios tipos de laboratorios según al ámbito al
cual se dirijan las investigaciones, como son de biología, de química, de física, clínicos,
farmacéuticos e industriales. Otros laboratorios con condiciones particulares son los
de idiomas, los escolares, deportivos y los referentes a las ciencias sociales. También
existen los llamados laboratorios humanos, conformados por grupos de individuos
que habitan un espacio determinado, y sirven colectivamente para acometer
investigaciones de carácter particular.
Es importante destacar que con los avances producidos con las tecnologías de la
información y comunicación (Tics), se han organizado en la web, los laboratorios
virtuales, mismos que vienen a representar una alternativa dinámica e innovadora
de primer orden, ampliando las posibilidades de investigación al permitir que
mayor número de individuos se involucren en el proceso, sin que necesariamente
se requiera su presencia física y común de manera directa, modificándose de esta
manera la metodología tradicional de hacer investigación en un laboratorio.
En tal razón, el espacio de funcionamiento puede presentar diferentes dimensiones
y características, por lo que pueden ser de diversos tamaños, grandes o pequeños,
dependiendo del personal y del equipamiento; fríos o cálidos; iluminados u oscuros;
cerrados o abiertos.
El laboratorio escolar.
El laboratorio escolar se concibe como un recurso imprescindible dentro del
currículo para la consolidación del aprendizaje, a través de la realización por parte de
los estudiantes, de actividades de carácter práctico o experimental, por lo tanto, su
existencia en las instituciones educativas se hace obligatoria y primordial. Es así, como
los laboratorios escolares surgen por la necesidad de establecer una relación dinámica
entre la teoría y la práctica, por lo que en los sistemas educativos se formaliza su uso
en los diferentes niveles de enseñanza, estructurados de acuerdo a las exigencias
del aprendizaje de cada etapa, consiguiéndose de esta manera con la presencia de
laboratorios desde la educación primaria hasta la universidad.
Queda claro que estos laboratorios tienen como objetivo fundamental propiciar el
aprendizaje a partir de las experiencias, sirviendo de apoyo y complemento a las clases
teóricas. El aprendizaje requiere, además de las nociones teóricas, la realización de
actividades prácticas que permitan consolidar los conceptos previamente estudiados.
De manera tal, es imprescindible para el logro de un aprendizaje significativo, que el
estudiante se familiarice con el uso del laboratorio. En tal sentido, Lunetta c.p. López
(2012: 147) plantea:
Las prácticas de laboratorio brindan a los estudiantes la posibilidad de
entender cómo se construye el conocimiento dentro de una comunidad
científica, cómo trabajan los científicos, cómo llegan a acuerdos y cómo
reconocen desacuerdos, qué valores mueven la ciencia, cómo se
relaciona la ciencia con la sociedad, con la cultura. En síntesis, las prácticas
de laboratorio aportan a la construcción en el estudiante de cierta visión
sobre la ciencia, en la cual ellos pueden entender que acceder a la ciencia
no es imposible y, además, que la ciencia no es infalible y que depende
de otros factores o intereses (sociales, políticos, económicos y culturales).
Por lo tanto, la experimentación brinda al estudiante un conocimiento real, fácil
para aprender, ilustrando y clarificando la teoría. Consigue en ella la oportunidad
de conciliar la teoría con la práctica, acercando a él entonces, conceptos que se
le muestran lejanos para hacerlos realidad, posibilitando un verdadero aprendizaje
significativo. Es así, como estos espacios se estructuran como acopios de
sustancias y herramientas que permiten con la ayuda tutorial del docente, efectuar
experimentos que conducen al estudiante a aprender a través de la observación y
manipulación directa.
De igual manera, la interacción grupal que se hace en el laboratorio le permite al
estudiante la discusión, el análisis y la comparación de lo experimentado en el trabajo
práctico, teniendo la experiencia de vivir un proceso real al resolver situaciones de
aprendizaje. Sobre este aspecto, López (2012: 147) afirma:
El trabajo de laboratorio favorece y promueve el aprendizaje de las ciencias,
pues le permite al estudiante cuestionar sus saberes y confrontarlos con la
realidad. Además, el estudiante pone en juego sus conocimientos previos
y los verifica mediante las prácticas. La actividad experimental no solo
debe ser vista como una herramienta de conocimiento, sino como un
instrumento que promueve los objetivos conceptuales, procedimentales
y actitudinales que debe incluir cualquier dispositivo pedagógico.
Por lo tanto, el laboratorio escolar funciona adecuado a las necesidades de formación
teórico-práctica del estudiante, siendo adaptado de manera particular a los
requerimientos y características del sistema educativo.
Ahora bien, resulta importante señalar que, tradicionalmente, el laboratorio
dentro del ámbito educativo, se apega a la concepción “cientificista” planteada, que
privilegia, brindando un sentido de rango de ciencia, a las áreas que se basan en la
experimentación y la aplicación del método científico, como es el caso concreto de
las ciencias naturales y específicamente a las asignaturas escolares que la estudian
como son fundamentalmente la biología, la química y la física; de manera tal que
no existe la presencia, dentro de la estructura escolar, de laboratorios que se
dediquen exclusivamente al apoyo didáctico del aprendizaje y enseñanza de las
Ciencias Sociales.
Los laboratorios de ciencias sociales.
El laboratorio de ciencias sociales es un espacio destinado exclusivamente para el
estudio de las disciplinas que pertenecen a su área de estudio. En las instituciones
educativas, el laboratorio de ciencias sociales debe ser utilizado con la finalidad de
mejorar y facilitar la enseñanza y el aprendizaje de las asignaturas que pertenecen
al bloque social, debido a que es un medio didáctico idóneo para la adquisición de
conocimientos y la promoción de actividades de participación dinámica, basadas en
el uso de estrategias didácticas innovadoras.
Ahora bien, este tipo de laboratorio no existe en las instituciones educativas,
planteando Hernández (2007) que esta situación es consecuencia de una percepción
acientífica de lo social, lo cual ha impedido su implementación, al no concebirse las
posibilidades de realizar actividades experimentales en estas áreas del conocimiento,
las cuales son reservadas a las Ciencias Naturales. En función de ello, el autor
argumenta:
Se hace necesario el desarrollo de una actitud positiva frente a la posibilidad
de disponer de una aula/laboratorio de sociales. La posibilidad de desarrollo
de aulas de este tipo depende, en buena parte, de la conciencia que al
respecto desarrolle el profesorado. (p.118).
Bajo esta premisa, es posible aseverar que la ausencia de laboratorios de ciencias
sociales dentro de las instituciones escolares, es consecuencia de una concepción
tradicional generalizada de los sistemas educativos, que tienden a brindarles mayor
importancia jerárquica a las Ciencias Naturales, debido a su carácter y sentido de
tangibilidad y experimentación. Esta interpretación reduccionista del valor científico,
condena a las ciencias sociales, a un rango de menor importancia, que afecta en el
campo de la educación, su estudio y enseñanza, y por ende, su aprendizaje. Sobre
este aspecto plantea Santacana (2010):
En la tradición escolar y en la académica, el laboratorio es un espacio
reservado a las materias denominadas científicas…No en balde,
el diccionario de la Real Academia de la Lengua dictamina que el
Laboratorio es la oficina en donde los químicos hacen sus experimentos
y los farmacéuticos las medicinas…Por esta razón, cuando en el ámbito
educativo tradicional se habla de laboratorio, sin duda alguna nos
estamos refiriendo a unas aulas especiales que se utilizan para prácticas
de física, de química, o de ciencias naturales…Por todo ello no ha de
resultar extraño y sorprendente que desde el ámbito de las ciencias
sociales no se plantee el uso del laboratorio ya que este término se
reserva, como dice el diccionario a las materias denominadas científicas.
Sin embargo, nosotros defendemos que, hoy sigue siendo válido
plantearse la necesidad de los laboratorios de ciencias sociales, es decir
de geografía e historia. (p. 21-22).
Parece fundamental tener en cuenta que el laboratorio de ciencias sociales es un
proyecto innovador dentro de la enseñanza, debido a que, desde el punto de vista
experiencial, no forma parte de las estructuras curriculares de los diferentes sistemas
educativos, y entonces, los laboratorios escolares se utilizan exclusivamente para el
estudio de las ciencias naturales. En España, algunos investigadores del campo de la
didáctica de las ciencias sociales se han dedicado a estudiar y proponer la existencia
de los laboratorios de ciencias sociales, como espacios posibles y fundamentales
dentro de los procesos educativos, para el estudio del área. Entre ellos destacan Joan
Santacana y Francesc Hernández Cardona, catedráticos ambos de la Universidad de
Barcelona, quienes en los últimos años, han impulsado esta línea de investigación,
teorizando sobre el laboratorio mencionado.
Se observa, que las experiencias que existen de ellos son casos aislados, que se
han desarrollado como proyectos particulares en algunas universidades, centros
de investigación y, en un grado mínimo, en instituciones de educación secundaria,
como se puede observar, a través de la acuciosa revisión bibliográfica a través de la
web expuesta en este artículo, consultando reconocidas bibliotecas universitarias y
académicas de carácter virtual.
En el caso particular de los laboratorios creados en universidades y centros
de investigación, se percibe que su utilización está destinada al desarrollo de
investigaciones científicas conducentes a la producción de conocimiento. Ahora bien,
pueden mencionarse a nivel de educación secundaria, algunos proyectos que, de
manera particular, han emprendido tales colegios, como son los casos del Colegio
Calasanz en Bogotá y Medellín, o el del Colegio Europeo de Madrid en España,
disponiendo de espacios acondicionados para la enseñanza de las ciencias sociales.
En razón de lo planteado, su presencia en las instituciones escolares resulta prioritaria
para el apoyo del proceso de la enseñanza y del aprendizaje, incorporándose como
un recurso de primer orden dentro de las estrategias didácticas del docente, así como
la opción para el estudiante de acercarse a través de la experiencia y la observación
a los contenidos que por generalidad se presentan teóricamente. Estos laboratorios
plantean el desarrollo de actividades de enseñanza diferentes a las que, de manera
tradicional, se realizan en las clases de ciencias sociales, en las que sobresalen las
explicaciones del docente y la copia irreflexiva del estudiante de los temas estudiados.
Visto de esta manera, el tipo de laboratorio aquí propuesto estará destinado a la
realización de actividades teórico-practicas, en las cuales el docente puede hacer
uso de una serie de técnicas, recursos y materiales didácticos que faciliten y
complementen sus explicaciones teóricas, y orienten al estudiante a corroborar, a
través de la observación, la manipulación y la investigación, los contenidos en estudio,
estructurando de esta manera un aprendizaje directo y pertinente con su contexto
sociocultural, el cual por ser producto de la experiencia, del contacto vivencial, se
hace significativo. Es así, como el docente dispondrá de una serie de herramientas
didácticas para facilitar la comprensión de las realidades geo-socio-históricas, que van
más allá de la explicación teórica impartida en las cuatro paredes del aula tradicional.
En tal sentido, el Laboratorio de Ciencias Sociales posibilita la realización de una serie
de actividades didácticas educativas y culturales, como son, entre otras:
- Presentación de películas y documentales sobre temáticas de contenido histórico,
geográfico o socio-cultural (Cine-foro).
- Uso de la cartografía para el desarrollo del dominio de la ubicación espacial.
- Revisión de maquetas a escala de diferentes infraestructuras socio-culturales.
- Manipulación de diversos objetos de valor identitario y socio-cultural.
- Charlas y conversatorios de expertos en temáticas de carácter social.
- Exposiciones.
De manera tal, el uso de los laboratorios plantea al docente conciliar didácticamente
la reflexión teórica con la práctica vivencial. Enseñar propiciando una mayor
proximidad al tema estudiado, conlleva a su comprensión desde otro nivel diferente
a la tradicional réplica teórica de las clases magistrales.
Por su parte, los estudiantes tendrían la oportunidad de acercarse al estudio de las
asignaturas del área de una forma más reflexiva, al contar con un recurso que brinda
la interactividad y la manipulación de diversas herramientas, fuentes y materiales que
le faciliten el aprendizaje significativo de las ciencias sociales. Es decir, cuando tienen
la opción de construir el saber desde la concepción del hacer, experimentan una
motivación de curiosidad por lo social. Se percibe entonces, que las actividades de
clase en el laboratorio, tácitamente plantean que la relación del proceso de adquisición
del aprendizaje ya no es de tipo vertical sino horizontal.
Ahora bien, el funcionamiento del laboratorio de ciencias sociales en los diferentes
centros educativos requiere para su instalación, de un salón amplio en el cual de
manera cómoda un curso de estudiantes o participantes, puedan desarrollar su
proceso de aprendizaje a través de la interacción tutorial de los docentes, como de
su experiencia directa. Es importante que el laboratorio, para un mayor provecho
didáctico, organice desde una visión dinámica e interdisciplinaria, su espacio por
secciones de acuerdo a los materiales y recursos didácticos, con relación a las
diferentes aéreas de estudio, pero sin la rigidez del aula tradicional, en la cual la
disposición del mobiliario es totalmente estática.
En cuanto a su dotación, el laboratorio de ciencias sociales debe estar conformado
por una amplia serie de materiales para su uso como recursos didácticos: mapoteca,
esferas, videoteca, colección de objetos antiguos, fototeca, brújulas, maquetas, libros
de referencia de tipo bibliográfico y hemerografía, pizarrón acrílico, computadora,
videoproyector, DVD y televisor; además debe contar con un mobiliario adecuado
para su total funcionamiento, compuesto de mesas, sillas, escritorio, archivadores y
estantes.
Debe considerarse que tal dotación estaría condicionada por las necesidades
particulares de cada una de las áreas de estudio que conforman el universo de las
Ciencias Sociales, de acuerdo a sus requerimientos y características.
Conclusiones
El uso del Laboratorio de Ciencias Sociales como medio didáctico de aprendizaje
representa una alternativa metodológica válida para contextualizar, a través del
proceso educativo, el conocimiento social requerido por el individuo para interpretar
su existencia dentro de la sociedad, entendiéndose desde su accionar gregario, como
elemento conformante de un colectivo, desde una praxis educativa innovadora que
dinamiza la estática y descontextualizada enseñanza tradicional de los valores sociohistórico-culturales, reservada a clases estrictamente teóricas, dictada dentro de las
cuatro paredes del aula.
De manera tal, se hace imprescindible adecuar espacios, dentro las instituciones
educativas, para el diseño y desarrollo de laboratorios que apoyen la enseñanza
de las Ciencias Sociales, a través del uso de diversos recursos didácticos específicos
para las diferentes disciplinas que conforman el área. La utilización del Laboratorio
de Ciencias Sociales como medio didáctico de aprendizaje, debe ser una práctica
extensiva dentro de los diferentes niveles educativos, con la finalidad de optimizar
los procesos de enseñanza y de aprendizaje, al contar con un lugar de acopio de
recursos didácticos, donde se refuerce la comprensión de los procesos sociales.
Por lo tanto, es importante adelantar investigaciones sobre el desarrollo de
experiencias de diseño y uso de laboratorios educativos dirigidos al estudio social,
que sirvan de referencia para plantear metodológicamente enfoques didácticos
novedosos que fortalezcan el conocimiento de valores sociales y culturales.
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